A estas alturas no creo que haya nadie medianamente interesado en la fotografía que no haya visto la conferencia que dio José Manuel Navia en Barcelona. Si todavía no lo habéis hecho más abajo tenéis el vídeo (no olvidéis ver también el que corresponde a las preguntas). Pero como este mundo cada vez a una velocidad mayor y algunos nos montamos en marcha, creo interesante reflejar por escrito algunas de sus reflexiones acompañadas de algunas de sus fotografías, y de las de otros autores que menciona. Navia es uno de los fotógrafos que más admiro. Junto con Cristina García Rodero y Alberto García Alix me parecen los mejores contadores de historias en imágenes de España. Un tipo que destaca por su locuacidad y por su inteligencia. También por sus hilvanadas reflexiones que parecen que se pierden pero que siempre vuelven al sitio donde partieron.
Objectiu BCN. Retratem la ciutat. Sessió oberta amb Navia from Barcelona Cultura on Vimeo.
Aclarar algunos términos
-Disparar fotografías: Los fotógrafos no «disparamos», hacemos fotografías. Odio el término «disparo». Lo odio. Las fotografías no se disparan. Los fotógrafos no somos cazadores. Y además es que las fotos no están ahí para ser cazadas. No nos están esperando y tampoco huyen de nosotros. No, no. Los que se crean eso están muy equivocados. Las fotografías están en nuestra cabeza. En gallego, por ejemplo, se utiliza el término «quitar» cuando nos referimos a hacer una fotografía. Me parece muy adecuado porque una imagen es un fragmento de lo que estamos viendo que lo llevamos al interior de un artefacto, a la cámara oscura. Un pintor pinta un cuadro, un escritor escribe un libro pero un fotógrafo no hace una fotografía. La fotografía es la única disciplina artística donde no se parte de un papel en blanco. Delante tenemos un escenario maravilloso lleno de elementos. Nuestro trabajo es quitar. Hay que ir quitando cosas, seleccionando hasta quedarnos con la imagen que queremos.
Conforme nos atrevemos a quitar más elementos de una escena, mejores fotógrafos vamos siendo. Cuando nuestras fotos van siendo más sintéticas, más concentradas. Y eso es porque nos vamos proyectando más en ellas. Podríamos también utilizar el término resolver para decir que las fotos no se hacen sino que se resuelve. Es decir, hacer una foto es resolver un problema visual. Una fotografía tiene algo de enigma y de problema. Así que los fotógrafos no hacemos fotografías sino que resolvemos visualmente nuestra relación con el mundo.
No disparemos una fotografía, hablemos a través de la fotografía, contemos el mundo fotográficamente.
No me agobia nada que todo el mundo haga fotos todo el tiempo.
-Street Photography: ¿Por qué de repente nos importa tanto usar esas expresiones? Nunca antes ha habido tanta gente como ahora fotografiando, lo cual para mí es maravilloso. El momento profesional para los que vivimos de la fotografía es muy duro, pero el hecho en sí de que todo el mundo fotografíe me parece genial, no me agobia nada. Todo el mundo hace fotos. Todos hacen fotografía con la misma naturalidad con la que escriben, eso es lenguaje. Todos sabemos leer y escribir pero ¿quién se considera escritor? La fotografía es igual. Todo el mundo sabe fotografiar, y eso es genial, pero no todo el mundo es fotógrafo. Ser fotógrafo implica una voluntad de serlo, una reflexión acerca del hecho de ser fotógrafo y el dominio de la herramienta, del lenguaje y de la técnica, y además tener algo que decir.
Nos inventamos lo de street photography porque ya somos fotógrafos. No nos apuntemos gratis a las sectas. Hay mucha afición a las sectas, y si las denominamos en inglés parece que tienen prestigio.
-Photobook: Y lo traduces por….Fotolibro. Toma ya. Tomamos esta palabra porque así estoy diciendo cosas que sin decirlas las doy a entender. Utilizar el lenguaje para algo que no decimos abiertamente que lo estamos utilizando, es muy peligroso. Somos modernos, ya hemos hecho un libro. Me indigna especialmente porque si la fotografía se complace con un soporte es con los libros. La fotografía luce especialmente bien en un libro. La diferencia entre ver una fotografía expuesta y verla en un libro bien impreso no es mucha. Lo primero que hizo el inventor de la fotografía, Fox Talbot, es un libro. Vamos a respetar la fotografía y a ser fotógrafos.
Apuntes sobre Diane Arbus
El fotógrafo que vamos a ser están el fotógrafo que somos, siempre
Diane Arbus es probablemente uno de los artistas que más he aprendido. Me interesa porque ella, que probablemente sea la fotógrafa más valorada económicamente y que es autora de las copias más cotizadas, nunca tuvo conciencia de ser artista. Siempre se definió como fotoperiodista. Vivió del periodismo. Se consideró una reportera.
Cuando Diane Arbus murió no había publicado ni un solo libro ni había hecho ni una sola exposición individual. Todo lo que se conoció de Arbus fue lo que se publicó en revistas marginales. Las más prestigiosas: Life o Harper’s Bazaar no querían sus fotografías porque decía que eran imágenes demasiado turbias. Esquire o Sunday Times Magazine en Londres fueron las publicaciones que le mataron el hambre. En aquella época estaba divorciada, tenía dos hijas y vivía en el estudio donde trabajaba. Ella fue una apuesta por la fotografía.
La mujer que le abre los ojos es Lisset Model, una gran fotógrafa europea emigrada a EEUU y dedicada a la enseñanza. Para ella «la cámara es un instrumento de detección. Fotografiamos lo que vemos y lo que no vemos. Cuando apunto a algo con la cámara estoy haciendo una pregunta, y a veces la fotografía es la respuesta. En otras palabras no trato de demostrar nada, soy yo quien recibo la lección.»
La propia Arbus decía que «hasta que estudié con Lisset yo soñaba con fotografiar en lugar de hacerlo. Lisset me aconsejó que disfrutara cuando fotografiaba así que comencé a hacerlo, y después aprendí a disfrutar del propio trabajo de fotografiar». Esto es muy importante porque cada vez hay más dos tipos de fotógrafos: los que fotografían pensando en su obra (ya está pensando en el libro, la exposición, etc.) y los que fotografían porque lo que les importa es fotografiar, es ser fotógrafos.
Lisset, a una fotógrafa que es hija de millonario, niña mimada, le dice «hay que disfrutar con la fotografía». Y continúa «Lisset me habló de cuán antigua era la cámara fotográfica y de que la luz imprime una imagen en la capa de plata de la película (sensor) al igual que lo hace la memoria». Esta frase es maravillosa.
Este es el mejor oficio del mundo, incluso con crisis. El mejor. Es un oficio en el que te pagan por mirar y por estar ahí. A un escritor pueden pagarle por escribir sobre una guerra en la que no ha estado, por ejemplo. Un dibujante puede dibujar algo que no ha visto. Un fotógrafo no. Un fotógrafo tiene que estar ahí, esa es la droga de la fotografía, ese es el morbo de la fotografía. Es algo impagable. A mí eso me sigue emocinando.
A Diane sólo le importa el individuo. Es más, cada vez le interesan más los límites del individuo, la gente extrema: los enfermos mentales, los deformes, los enanos…Comienza a interesarse por los desechos de la sociedad, porque ella consideraba que son los verdaderos héroes. Porque desde que nacieron han aprendido a vivir con el dolor.
El fotógrafo que vamos a ser están el fotógrafo que somos, siempre. No hay más. No damos para dos cosas distintas. Hay que sospechar de los autores que cambian de estilo. Todo está ya en nuestras fotografías. Entonces, ¿en qué te puede ayudar un buen editor, un buen maestro? En que te guie para ver tus futuras fotos en tus fotos presentes.
El color.-
Eggleston dice: «En blanco y negro se sugiere, en color se afirma. La sugerencia da mucho margen pero la afirmación exige absoluta certeza. En color no se producen casualidades felices, nada es gratuito». Todos los que hemos hecho color sabemos que no perdona, pero sobretodo hemos sabido que no todo se puede hacer en color. El verdadero trabajo del fotógrafo en color es trabajar el color. La sicología de la gestalt nos explica que lo primero que vemos, antes que la forma, es el color. La tarea es convertir ese color en luz. Los buenos pintores lo tienen muy claro. El fotógrafo debe trabajar pa que no sea algo puesto en la fotografía, sino que cuando tú vea esa imagen necesariamente tenga que ser en color. Porque el color no debe ser algo añadido, sino la luz de la fotografía.
Me da mucho miedo la paleta de colores. Cuidado con las fotografías arcoiris. Cogeos cualquier buen libro de fotografía y mirad cuántas fotografías hay con cielo. Prácticamente ninguna. Esto sucede porque el cielo introduce un color muy complicado que es el azul «clarito». A mí el cielo sólo me interesa cuando hay tormentas o nubes grises. Cuidado con que la paleta de color esté dentro de una fotografía. La paleta es enemiga de la narración. Yo prefiero construir la paleta de color con varias imágenes pero me interesa mucho que en cada imagen el color sea narrativo, que no sea meramente descriptivo y la manera de hacerlo es tender a gamas monocromáticas a las que yo suelo tender mucho.
Un encargo en Nueva York
Tengo miedo a lo exótico.
A mí Nueva York, fotográficamente no me interesa nada. No me interesan los lugares exóticos. Todo mi trabajo se mueve en entornos que de alguna manera culturalmente me son cercanos. Tengo mucho miedo a lo exótico. Porque lo exótico te produce fotos aparentemente muy bonitas pero en las que hay poco de tí. Fui allí a hacer un reportaje sobre un libro «El Guardián entre el centeno» de JD Salinger. Es la prueba de que un encargo te puede ayudar a a dar un paso más. Yo organicé mi trabajo durante 16 o 17 días en Nueva York, y me moví en un entorno muy reducido, el mismo en el que se movía el protagonista del libro. Nunca intento ilustrar un texto, creo que es un error. Para mí el texto, la literatura, es la llama que prende la fotografía. Leí el libro, me pareció una gran novela y dije ¿qué hago para no caer en la tentación de ilustrar? Yo soy muy dado a ponerme problemas, barreras. Como la novela ocurre en invierno, yo decidí irme en pleno verano. Ya, es muy difícil ilustrar. No me llevé tampoco el libro al viaje. Fui a los lugares a los que el protagonista iba, simplemente. A ver qué sale. Después de los tanteos iniciales empiezo a hacer interiores, a cerrar el encuadre (a ser un poco yo) Y comienzo poco a poco a meterme en mi manera de fotografiar…y cuando Nueva York se diluye en mis fotos en cualquier otra ciudad. Porque la fotografía no está aquí para describir el mundo sino para dar nuestra visión del mundo. Aquí puedes ver el reportaje de Navia en Nueva York.
Nostos
Nostos es «viaje» en griego. He querido que el libro sea una reflexión sobre el viaje. Refleja todo territorios interiores. Rurales, paisajes, ciudades, etc. Aquí puedes ver y comprar su último libro, una joya.
Fotos en la calle
Ser fotógrafo es un coñazo para la sociedad, así que vamos a hacerlo con respeto.
Me enfrento como puedo. Nunca pido permiso. No robo fotos. Nunca he tenido ningún problema y he publicado muchísimas fotos en España y fuera. Mientras su uso no es nada ofensivo ni tergiverse el verdadero espíritu de la fotografía no debería haber problema. En la medida en que controlas más tu trabajo, el riesgo es menor. El día que tenga que ir pidiendo firmas a la gente, me retiro. No tengo esos problemas, al contrario. Si luego se ven, lo que me piden es una copia. Sentido común y respeto, esas son mis dos normas. Ser fotógrafo es un coñazo para la sociedad, así que vamos a hacerlo con respeto. todo lo que la sociedad te da tiene que generar un reconocimiento.
Yo diferenciaría entre las fotografías signos y las fotos símbolos. A mí las que me interesan son las signos: permite que cada uno haga lecturas distintas. La fotografía no puede ser humanitaria, los que tenemos que ser humanitarios somos nosotros, no carguemos a la fotografía con esto. La buena fotografía puede ayudar a que seamos mejores personas pero no porque nos pongan dolor sino porque nos ayuda a reflexionar. El fotógrafo lo que quiere es que sean símbolos y no signos. El signo se hace lenguaje, el símbolo no. Para mí eso no es muy interesante.
Yo nunca utilizo flash. Dejé de utilizarlo en cuanto que pude. No es que defienda la luz natural, defiendo la sinceridad. Me encanta cuando se utiliza bien.
Edición, selección
La fotografía se parece a la realidad pero no debe ser real.
Todo se reduce a un término: selección. Cuando más selecionemos, cuánto más controlemos los elementos que aparecen en la imagen más nos encontraremos nosotros. La fotografía no tiene que ser la realidad. La fotografía tiene que ser fotografía. Un paso que os hará mejores fotógrafos es aceptar que la fotografía no es la realidad ni tiene porque serlo. La fotografía tiene que ser fotografía. Es verdad que se parece a la realidad pero no es realidad ni tiene porque serlo. No nos paga el colegio de Notarios. Ojalá ganáramos tanto dinero como los Notarios. Pero yo no tengo esas obligaciones. La realidad fotográfica es lo que yo diga. En mis fotos sale lo que yo quiera. Para mi eso es ser autor: tener una visión determinada de las cosas y compartirla con los demás. Es un defecto muy típico de cuando empezamos. Si lo que estás viendo es maravilloso y le haces una foto, tendrás una foto de una imagen maravillosa. Pero lo que queremos de verdad es tener una foto maravillosa.
Es lo que nos ocurre con muchas fotos de naturaleza. Que son una maravilla porque querríamos estar allí, en ese sitio tan maravilloso, no por la calidad de la fotografía. Un paso importante es que cuando vemos algo no pensemos que bonito es esto o qué bueno. Es pensar ¿esto que estoy viendo me puede dar una buena fotografía?
Esto no puede ser tan fácil. La fotografía se hace muy rápido, el antes y el después tienen que ser muy importantes. El antes es pensar qué queremos fotografiar y el después es editar, seleccionar nuestras fotografías que es muy difícil porque es volver a interpretar la realidad.
Este señor es a mi parecer uno de los mejores fotógrafos de la actualidad, que buena conferencia, gracias por compartirla.
José Manuel Navia habla y habla y no dice nada.
Si no eres capaz de asimilar sus discursos léelo.
Un discurso manido y caduco solo para principiantes.
jeje para principiantes dice…
¿será que eres un maestro (de pacotilla)y ya no necesitas aprender?
porque un maestro de verdad no deja nunca de ser alumno.
no hay que leer, hay que asimilar como te dice silvia.
Una entrevista genial. Pocas veces he visto descrita una visión tan precisa de la fotografía. Enhaorabuena al periodista y sobre todo a Jose Manuel Navia, todo un filósofo de la fotografía
me ha gustado mucho el articulo, muchas gracias por enseñarnos tantos consejos
un saludo
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